OBRAS Y DEMORAS AÑO 1960
El crecimiento material de la ciudad continuaba.
Obras y demoras año 1960
El crecimiento material de la ciudad continuaba. El municipio adquirió una motoniveladora y una topadora en abril del ’60 para recomponer las calles de tierra. Se emprendieron ese año los trabajos de nivelación de las calles de la ciudad y se adquirieron poco después dos camiones para tales tareas. Para septiembre el circuito de Villa Santillán, Barrio Fitte, Villa Alonso y Villa Del Busto estuvo concluido.
El 23 de mayo se inauguró el nuevo sistema de alumbrado público a gas de mercurio en el tramo sur de la calle Coronel Gil entre las avenidas San Martín y España. Será el primer emprendimiento con este sistema, costeado por los propios vecinos, que abarcaba cuatro cuadras recorridas en su trayecto por 24 columnas. Mientras tanto se levantaban los monoblocks aledaños al Centro Cívico.
Pero el pavimento marchaba lento. En noviembre del ’60 se encontraba casi detenido y para diciembre se calculaba que a dos años de anunciada la obra apenas se había concretado el 10 por ciento de lo previsto. El plan de regulación urbana tampoco se cumplía dadas las postergaciones de las visitas de los profesionales que habían confeccionado el proyecto. Las obras del pavimento urbano continuarán con varios inconvenientes en su concreción al año siguiente. En enero de 1961 el contrato de la obra fue transferido a otra empresa constructora tras varios meses de impasse.
La necesidad de estandarizar la edificación urbana empuja a tomar medidas. En septiembre el municipio emitió una resolución sobre las contravenciones urbanas donde explicitó que no serían autorizadas las ampliaciones y refacciones de viviendas que no fueran proyectadas y dirigidas por profesionales universitarios.
La Junta Vecinal reguló para comienzos del 61 un tema crítico y que aumentaba en complejidad en la ciudad: el tránsito automotor. A fines de enero de ese año se hizo un Ordenamiento del Tránsito en la zona céntrica de la ciudad donde varias calles pasaron a tener una sola mano. Las arterias a las que se le sacó la doble mano fueron: Gil, Rivadavia, Pellegrini y Villegas por un lado; y Avellaneda, Pico, 25 de Mayo y Moreno, por otro. En tanto, para el 23 de marzo se conoció el nuevo Código de Tránsito que se comenzó a aplicar en abril.
Sin embargo, había temas en los que no se podía gobernar ni legislar. La comuna creó ese verano una comisión especial que se reunió para estudiar el origen de los malos olores que emanaban en las épocas estivales de la laguna Don Tomás. Muchos consideraban que los olores eran producto de los residuos cloacales y el municipio apenas pudo asegurar que no tenían ningún efecto sanitario sobre la población, amén de lo poco estético que quedaba. La comuna tuvo que pedir ayuda hasta al gobierno provincial y a Obras Sanitarias para solucionar el problema. El 28 de enero del ’62 unas 50 hectáreas de la laguna Don Tomás fueron desecadas para evitar o neutralizar en parte las emanaciones que tantos trastornos estaban causando durante el verano en la ciudad. Pero persistían los olores.
Norberto Asquini – Luciando Peralta