31º Muestra

Se inauguró una nueva muestra en el HCD

Con la asistencia del presidente del Honorable Concejo Deliberante, don Ángel Baraybar, el Secretario de Gobierno y Relaciones Institucionales, Lic. José Sevilla, la directora de Políticas de Género, Fabiana Montañez, la directora de Educación, Paola Barattini, la Secretaria legislativa, Susana García de Vistarop, la artista Jimena Cabello, el curador Miguel de la Cruz -quien compartió un texto que hace referencia a la plataforma virtual “facebook”- y el público asistente-, quedó inaugurada el viernes 4 de septiembre la muestra de pinturas “Me colgué con el candy crush” que podrá visitarse hasta el 7 de noviembre en la Galería de Arte “Alfredo Olivo”.
Una muestra que ausculta la virtualidad El arte resignifica constantemente mitos, acontecimientos, objetos y personajes. Recurre para nutrirse a todas las prácticas discursivas e, inclusive, a la vida misma. En ese proceso sobre lo que posa su acción no sólo convierte o genera nuevos bienes simbólicos sino que también transmuta esos materiales y los historiza.
El arte se sostiene en su propia biblioteca y las creaciones antecesoras, pero también metaboliza sucesos contemporáneos. El arte se conforma a modo de un palimpsesto, y es un sagaz ejercicio crítico. No discute únicamente para sus adentros, para su saga o serie genérica, sino que se constituye, muchas veces, en un instrumento de denuncia, resaltando el estado de emergencia. No solo pone en evidencia el malestar en la cultura sino que también lo hace con el campo social.
La técnica puede interpretarse en su relación con los avances tecnológicos como en los recursos que se poseen para realizar algo. Es interesante revisar su etimología, pues la palabra griega “tekné” significa “técnica”. Si bien este vocablo no tiene traducción exacta a las lenguas modernas, podríamos definirlo uniendo los significados de los términos “arte”, “oficio” y “técnica” tal y como los entendemos hoy día.
En ese sentido, podemos pensar a la técnica inserta de diversas formas en la vida comunitaria. La tecnología atraviesa tanto al cuerpo social como a las subjetividades individuales, generando cambios en el manejo de las herramientas, en la percepción, en la construcción material del mundo.
La muestra de la muralista Jimena Cabello, denominada “Me colgué con el Candy Crush” aborda la técnica o la tecnología, y hace hincapié en la temática de la red de redes y las relaciones virtuales a través del juego más popular en Facebook; que cuenta con 45.6 millones de usuarios promedio al mes. Esto implica una lectura de los comportamientos de las nuevas tribus digitales, de sus lenguajes e identidades, cuyo resultado incide, sin duda, en la trama de comunicación entre los usuarios.
Varios conceptos se han ido desarrollando a la par del avance de la tecnología y su inserción en la cotidianeidad. Se puede citar el ensayo “El arte en la era de la reproductibilidad técnica” del filósofo alemán Walter Benjamin, como la sigla IA (inteligencia artificial) que acuñara John McCarthy en 1956, o el planteo que hiciera Bruce Mazlish en la década del ’70 enunciando la ruptura de la cuarta discontinuidad, la que sucedería entre hombre y máquina. Una vasta literatura de ciencia ficción, series de TV o películas de cine, como obras de arte han abordado tan compleja interrelación, advirtiendo, en muchos casos, posibles universos, con su consecuente progreso y sus secuelas destructivas.
Jimena Cabello releva en sus cuadros este narcotizante de la época virtual, ejemplificado en un entretenimiento que abroquela cibernautas de diferentes geografías bajo un mismo paradigma. Candy Crush asocia individualidades, donde todo lo material se disuelve en el aire, y en ese entrecruzamiento apela a las amistades “feizbuqueanas” para continuar “vivo” en el juego. Sin embargo se conforma una cofradía ajena al mundo real y que se referencia e integra a la realidad virtual, una realidad paralela o bifurcada a la real.
Cada invento del hombre ha trastocado su relación con el hábitat y los semejantes; por consiguiente también muta el imaginario, lo simbólico. Un nuevo escenario para los sentidos que desencadena reacciones e interpretaciones que la práctica artística absorbe, deglute y enuncia.
El recorrido por la muestra se descubre que la paleta de colores de la muralista Jimena Cabello ausculta en su propia experiencia los comportamientos emergentes, los que suceden en el devenir digital, en ese espacio sin más límites que los píxeles y la comunicación en tiempo real.
La serie de cuadros son el marco referencial de una época en que la técnica deambula por el ciberespacio, se multiplica y agota en la secuencia on line, pero, a su vez, se densifica en la textura de la pintura de esta artista pampeana.
*Fotografía: Gentileza www.telonpampeano.com.ar

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