EL CISMA DEL RADICALISMO 1921

En marzo de 1921, de conformidad con las leyes entonces en vigencia, debían cesar la mitad de los concejales.

El cisma del radicalismo en 1921

En marzo de 1921, de conformidad con las leyes entonces en vigencia, debían cesar la mitad de los concejales. Pero en esa fecha el Concejo, gobernado por los radicales, no dispuso la convocatoria a elecciones.

Porosa razón, el gobernador del Territorio debió completar la integración del cuerpo con “concejales comisionado”, medida que era muy resistida por el vecindario.

La convocatoria a comicios, previo reajuste de los padrones, recién se hizo para el día 6 de noviembre. La demora se atribuyó al hecho de que entre los radicales, se insinuaba una cisma que, al no poder ser conjurado, hizo crisis pocos días antes del acto eleccionario.

Así, formulada la convocatoria, los radicales del llamado Comité Aristóbulo del Valle, llama­ron a sus afiliados a asamblea para elegir los candidatos que sostendrían el día 6. Inmediata­mente se produce el cisma radical, ya que varios importantes dirigentes, acusaron públi­camente a los del Comité de fraude interno, denunciando que en aquella asamblea radical votaron personas que no eran afiliados o que, siéndolo, no se domiciliaban en Santa Rosa.

Dos de los dirigentes renunciantes, los señores Onofre Rey, hasta la víspera presidente del Concejo Deliberante, y Eduardo Espeche, se aliaron con el doctor Martín J. Amallo, ex Progresista (“los cangrejos para “La Autonomía”) y crearon el Comité Unión Vecinal Inde­pendiente que, sin pérdida de tiempo, integró su lista de candidatos con los. nombrados y don Arturo Castro, lanzando un “manifiesto” al pueblo de Santa Rosa, cinco días antes de las elecciones. Estaba firmado por los vecinos César Robin, como presidente, y Octavio R. Gazia y Julio del Busto, como secretarios.

Mientras la prensa vernácula recogía las alternativas del cisma radical, los socialistas, “ciudadanos del orden”, como los calificaba “La Autonomía”, ya habían elegido sus candidatos y ofrecido al pueblo su plataforma o programa de gobierno, cosa que los radicales y sus escindidos, preocupados por la puja, olvidaron hacer.

Según el comentarista político de “La Autonomía”, los únicos que dan conferencias antes de las elecciones son los socialistas que para el evento comicial, contaron con el apoyo del legislador porteño Augusto Bunge, quien pro­nunció una alocución en la Plaza Mitre.

Así, en clima muy cálido, se realizaron los comicios del 6 de noviembre de 1921, votando 798 vecinos sobre 1.377 empadronados. La lucha fue extraordinariamente pareja entre las tres listas, o sea radicales, independientes y socialistas.

El candidato más votado fue el cismático Eduardo Espeche (UVI) con 313 votos; seguido por los radicales Sabino Neveu (302), Ambrosio Sansinanea (292) y Tomás Palasciano (274). Los cuatro entraron al Concejo por la mayoría, mientras que la banca de la minoría se adjudicó a otro radical, el doctor Figueroa, que obtuviera 271 votos. Luego le siguen Onofre Rey (UVI) 263; Amallo (UVI) 261;Castro (UVI) 254, y los socialistas Domingo Gentili 235; Hugo Nale, 234; Glerean 209, y Víctor Lordi, 206 votos.

El candidato menos votado, don Víctor Lordi, hacía sus primeras armas en la política local con menor fortuna; pero años más tarde se convertiría en uno de los políticos más fulgurantes de Santa Rosa. Ya lo veremos al frente de la municipalidad.

Reunido el nuevo Concejo, fue electo presidente – intendente el radical Neveu, contrariando la expectativa popular que descontaba la consagración del procurador Espeche, figura política de gran prestigio en la época, como quedara demostrado con su triunfo sobre todos los radicales.

Conocido el resultado de las elecciones, la Unión Vecinal Independiente y el Partido Socia­lista reconocieron hidalga y públicamente la derrota, lo cual fue calificado por “La Autono­mía” como exponente de cultura cívica, desta­cando en especial al Partido Socialista, “tenaz, consecuente y disciplinado, que pasada la lucha cívica acata sin protestas ni chicanas su honrosa derrota (edición 9 nov. 1921).

De acuerdo a la ley nacional de Territorios Nacionales, en su parte pertinente los conceja­les duraban dos años en sus funciones. Habiendo sido electo en su totalidad el Concejo en 1921, correspondía sortear a dos que durarían sólo un año para aplicar la norma de renovación por mitades. Los radicales, en acalorada puja que llegó hasta oficinas nacionales, determinaron que Espeche (a pesar de su triunfo) era concejal por la minoría, pues al UVI se lo consideraba primera minoría. Así, él y el doctor Figueroa, debían cesar al año de electos.

Extraído del Libro del Centenario 1892 -1992

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