ROLLINO SOBRESEÍDO 1902
En julio de 1902, el primer juez letrado que tuvo La Pampa, el Dr. Baltasar Beltrán, aún con su Juzgado en General Acha no obstante Que la capital había sido trasladada a Santa Rosa, dispuso decretar el sobreseimiento del ex-intendente, el abogado Cristób
Rollino Sobreseído
En julio de 1902, el primer juez letrado que tuvo La Pampa, el Dr. Baltasar Beltrán, aún con su Juzgado en General Acha no obstante Que la capital había sido trasladada a Santa Rosa, dispuso decretar e) sobreseimiento del ex-intendente, el abogado Cristóbal Rollino, con expresa mención de que “el proceso no había afectado su buen nombre y honor…” Su procesamiento, como ya ha sido glosado, obedecía a la acusación del gobernador de La Pampa Dr. Luque, que acusaba a Rollino de fraude contra la administración pública por haberse quedado con el tesoro municipal, y retención de documentos públicos.
El fallo del Juez satisfizo a la población entera, menos a los moradores de la Casa de Gobierno, y venía a poner fin al más importante conflicto institucional vivido a principios de siglo en la Municipalidad local.
El fallo es muy extenso y fue publicado íntegramente por el diario “La Capital”. El Juez pormenoriza los hechos, explicando que el ex intendente había obrado con el consentimiento de todos los concejales, en razón de que el concejo se consideraba legalmente investido de la facultad para efectuar la consulta electoral.
Consulta que, como ya lo comentamos en nota anterior, la Gobernación había anulado. Primero por decreto del 28 de diciembre de 1901 y, cuando en franca rebeldía la comisión electoral se constituyó en el atrio de la iglesia al día siguiente para recibir los votos populares. fue la policía del gobernador Luque la que se llevó la urna.
Ediles y pueblo habían protestado airadamente. Los municipales, declarando injustificado el derecho del gobernador; y el pueblo, reclamando al ministro Joaquín V. González. La respuesta de Luque fue encarcelar primero al secretario Rogers, y luego al Intendente Pollino.
El juez Dr. Beltrán, al sobreseer definitivamente a ambos le dio la razón al pueblo de Santa Rosa, al entender que ninguno de los procesados había obrado con dolo específico, sino en cumplimiento de una traducida voluntad popular.
Extraído del Libro del Centenario 1892 – 1992